Mis primeros recuerdos de alberca son aproximadamente a los 4 años, en una clase de natación, con un profesor particular que me hizo tragar cuanta agua podía pasar por la boca y nariz.Nada agradable. Nunca terminé una clase con él, ya que cada que se descuidaba, salía corriendo de la alberca. A pesar de ello, recuperé el gusto por nadar poco a poco y desde entonces hasta el dia de hoy, que recién cumplo 52 años (2020), no he dejado de aprender el arte del medio acuatico, nadar,perfeccionar la técnica, competir en diferentes niveles (alto rendimiento, velocida, fondo y aguas abiertas); al tiempo que he sido monitor, profesor, entrenador. Tantas experiencias como personas que he tenido el gusto de conocer, ganarme su confianza e influir en ellas.Con los años de hacer parte integral de mi vida la natación y sus beneficios, concluyo que lo más importante es tener conciencia al nadar, de los hábitos de seguridad para disfrutar este deporte.